Estudiantes de la ULA vistan Jardín Botánico del Táchira

Una de las características del Jardín es la biodiversidad de especies tanto de plantas, como de animales, las cuales mantienen una armonía con su entorno.

Desde el año 89 se imparten talleres con el objetivo de originar en los participantes, así como sensibilizar al cuidado del medio ambiente, y el intercambio de experiencia, conocimiento y actividades que lleven a meta.
Sin importar las condiciones atmosféricas, ni el estado del tiempo por las precipitaciones, el pasado jueves estudiantes de Comunicación Social para el desarrollo Científico de la Universidad de los Andes Táchira (ULA), visitaron las instalaciones del Jardín Botánico del Táchira con el fin de conocer y disfrutar la naturaleza. Angie Prato, guía de esta institución, fue la encargada del recorrido.
Se dio inicio en el área Etnobotánica, de aproximadamente una hectárea, creada con el fin de rescatar parte de la cultura tachirense tan característica, pues allí se mantienen diversas especies de plantas, algunas con propiedades medicinales, “aquí tenemos plantas de yuca, plátano, tres tipos de sábila -como la sábila pintada, sábila churca o de jardín y la sábila casera-, de limón, de aguacate, de orégano, y de algodón; medicinales como el noni, la famosa chocolata , la llamada mata ratón”, expuso Prato.

Foto: Angie Prato hablando con los estudiantes/Nayralda Lobo

Luego se dirigieron al Jardín mesozoico, conformado con plantas que existen desde la formación de la tierra, principalmente pinos, “ellos tienen una particularidad son plantas monoicas –tienen los dos sexos- pero sus órganos están separados. La piñita que es el falso fruto, es el óvulo gestróbilo – la parte femenina- es un ovulo desnudo que cuando está listo para ser polinizado abre las escamas y por acción del viento son polonizados”, explicó Prato.

Foto: Especie de pino que encontramos en el Jardín/Mariana Suarez

Destacó que aunque son árboles muy bellos, a nivel ecológico, se corren algunos riesgos, pues cuando el pino comienza a secar y cambiar su follaje impermeabiliza el suelo, impidiendo que crezca algún tipo de especie vegetal.
Así llegaron al Zoocriadero, donde tienen curíes como recurso didáctico para los niños, y así poder compararlos con otras especies de animales, también poseen un palomar; crían conejos, galápagos de tierra y agua. Tortuga de agua, galápago llanero, “tenemos guacamayas bandera, loros, patos, gallinas, morrocoy, tortugas, babos, monos, entre otros”, compartió Prato.

Foto: Conejillos del Jardín/Mariana Suarez

La siguiente parada fue el Orquideario, ellas necesitan un cuidado especial, cuando están en floración, no debe caerles mucha agua, tampoco debe darle mucha luz, pues así la flor no se seca tan rápido, para lo que se utiliza una malla de polisombra, “esta área está destinada solo a la propagación y el cuidado de las orquídeas, actualmente tenemos más de 900 familias, las cuales tienen estructuras y hábitats diferentes, sin embargo su crecimiento es monopoidal –un solo tallo que crece de manera vertical- y simploidal –crece horizontalmente, se ramifica”, contó Prato.

Foto: Orquidea /Nayralda Lobo

Según Prato para poder sembrarla se utiliza carbón, ladrillo y melaleuca –árbol que le proporciona humedad a la planta- el ladrillo le funge como una superficie a la cual se va a adherir, pues las orquídeas cuando se van a propagar nunca deben quedar sueltas porque se mueren. El carbón les proporciona oxigeno y aireación.
Por otro lado Luis Alexander Figueroa, técnico de campo, quien es el encargado del Zoocriadero, mostró algunas especies de serpientes que existen en el Jardín, como la Boa constrictor, la cual es un reptil de sangre fría, “ellas no ven, tienen termoreceptores que le ayudan a percibir el calor corporal de la presa, su habito es nocturno pues posee rayas en los ojos, la alimentamos cada 15 o 20 días, no tienen glándulas venenosas, sin embargo su mordida es la más dolorosa, pues tienen los dientes hacia adentro, cuando muerden desgarran y pueden crecer de ocho a seis metros”, apuntó Figueroa.

Foto: Luis Alexander Figueroa con la Boa Constrictor/Nayralda Lobo

También explicó que todas las serpientes de habito diurno tienen la pupila redonda, su cola es brillante y poseen plaquetas en sus cabezas, más no poseen escamas completamente.
A su vez mostró el caimán de dos años y medio aproximadamente, apuntó que es muy diferente a un babo, especie con la cual son constantemente confundidas. Es un caimán porque su trompa es más alargada, posee tres vertebras – el babo posee tiene una sola- son de habito nocturno, aunque si tienen su oportunidad cazan de día. “Cuando crecen mucho los liberados en la represa, pues ya no podemos encargarnos de ellos”, concluyó Figueroa.

Foto: Figueroa agarrando el Caimán/Nayralda Lobo

El final del recorrido se hizo en el Lombricultivo, este cuenta con una estructura de seis camas o canteros diseñados para mantener la vida de la lombriz roja californiana, “estos canteros deben tener una inclinación, para que no se supere el nivel de humedad que la lombriz necesita así mismo permite que el exceso de liquido u orina de la lombriz y el exceso de agua drene y caiga en una tranquilla donde se obtiene el humus líquido”, dijo Prato.

Foto: Uno de los canteros/Nayralda Lobo

La lombriz pertenece a la familia de los anélidos, son animales de cuerpo segmentado compuesto por anillos, es hermafrodita, “tiene cinco pares de vasos dorsales o corazones que le permiten cuando pierde un segmento de su cuerpo poder sobrevivir, tienen dos pares de riñones, que le ayudan a procesar más rápido la materia orgánica. Tienen hábitos nocturnos, necesitan una humedad de 80%, a sus tres meses de nacida es adulta y capaz de colocar un huevo cada ocho días del cual pueden salir hasta 22 lombrices y en cautiverio pueden llegar a vivir hasta 16 años”, indicó Prato.
En las unidades de producción se recomienda mucho esto como una tendencia agroecológica porque permite darle un uso racional al desecho del estiércol, se dan en un tiempo rápido aproximadamente un mes, además el humus es una manera de darle a e los suelos un tratamiento regenerativo de forma natural, así garantizar la calidad de producción y la fertilidad de la tierra”, concluyó Prato.

Foto: Angie Prato exlicando la función del Lombricultivo a los estudiantes/Nayralda Lobo

Por motivos de tiempo, la visita fue concluida, para ser terminada el próximo mes de septiembre, pues comenzará la época de vientos fuertes en el lugar donde se encuentra el Jardín, y no es recomendable las visitas, así se evita algún tipo de perdida tanto material como humana.